Aunque hoy en día no se conoce a ciencia cierta cual es el bosque donde habita Quercus, todo apunta a que su localización podría estar junto al pueblo de Campollo y su pequeño barrio de Maredes.
Esta creencia se debe a que la leyenda del origen de Quercus nos habla de un monte sagrado, un molino y un arroyo con cascadas de aguas cristalinas junto a un bosque.
Empezamos por investigar cual sería el "monte sagrado" al que cita la leyenda. Sin duda Liébana tiene muchos motes, pero enseguida nos llamó la atención el que llaman "Monte La Viorna".
Este monte se encuentra entre las confluencias de los ríos Quiviesa (Valle de Cereceda) y el río Deva (Valle de Camaleño) que se juntan en la villa capital de Liébana, Potes. Además está situado en el centro geográfico de Liébana por lo que ofrece una panorómica de 360º de todos los valles que componen Liébana y unas inmejorables vistas al macizo de Picos de Europa.
Alberga una enorme cruz de piedra situada a 1087 m, la cual señala el lugar donde Santo Toribio subió y lanzó su bastón exclamando: " Allí donde caiga mi cayada, allí estará mi morada" repitiendo la acción hasta en 3 ocasiones y cayendo el bastón las tres veces donde hoy se encuentra el monasterio.
La cruz actual se contruye en 1948, sustituyendo a una que hubo anterior más pequeña que a su vez sustituyó a una de madera. Mide 12 metros de alto y cerca de 5 metros de extremo a extremo de los brazos horizontales. Es por ello que se deja ver desde diferentes puntos de la comarca.
Muy cerca de este monte, transcurre un pequeño arroyo que atraviesa un gran bosque y que en los últimos años está tomando mayor protagonismo entre los visitantes a la zona por la magestuosidad de sus cascadas. Se conoce como el arroyo de Retumbia.
Aunque hay tres cascadas, la que más llama la atención es la que vemos en las anteriores fotos ya que forma un pozo donde te permite bañarte.
Investigando un poco más la zona, ya que todo apuntaba a que el bosque tenía que ser el que rodea a estos dos parajes, y siguiendo el arroyo hacia arriba, encontramos un edificio abandonado que en sus buenos tiempos fue un molino.
Sin duda, todo apunta a que estabamos en el lugar correcto, asique había que adentarse en el bosque. Caminando entre sus caminos y altos robles, ibamos descubrindo rincones con encanto y nos imaginábamos a Quercus camianndo por allí. En nuestro paseo nos cruzamos con algún animalillo que tranquilamente disfrutaba de la paz que desprende el lugar.
En medio del bosque encontramos un enorme roble. Por su tamaño, altura y grosos, destacaba sobre el resto de árboles del lugar. ¿Y si estuviéramos ante Silvano el Sabio? Juzguen ustedes.
Aquí os muestro la geolocalización del bosque donde, sin duda, tiene que vivir Quercus:
No hay comentarios:
Publicar un comentario