viernes, 23 de octubre de 2020

PERSONAJES MITOLÓGICOS DE LIÉBANA

 

La mitología tiene su origen en unos relatos o historias que servían para explicar el mundo, los fenómenos naturales o cualquier suceso del que no tenían más explicación, aunque no todos estos mitos tienen un fin explicativo. Otros son simplemente historias y leyendas que se han ido transmitiendo oralmente de generación en generación.

Liébana es sin lugar a duda un lugar mágico. Sus bosques frondosos, sus montañas, sus cuevas… son sin duda esencia pura para todo tipo de historias y leyendas. En este lugar se esconden tantos mitos como rincones tiene.

En Liébana ha habido, según la tradición popular y como en muchos otros pueblos, seres fabulosos y mágicos de diversos aspectos a los que la gente temía o adoraba y en torno a los cuales se forjan historias y leyendas.

Entre los mitos y leyendas que aún persisten como esencia en la tradición Lebaniega, se encuentran estos que aquí os presento:

 

LOS DIABLILLOS DE COLIO

Los Diablillos de Colio forman parte de una conocida leyenda tanto en el pueblo como en el resto de la comarca de Liébana. Se trata de un hecho real que ocurría con cierta frecuencia en el pueblo y para el cual no tenían explicación alguna, de ahí a que lo explicaran como obra de los diablillos.

Colio está situada a los pies de los Picos de Europa, concretamente bajo el “Canchorral de Hormas” que es una estrecha garganta perpendicular a un río y de varios cientos de metros. Las rocas, debido a su composición y al paso del tiempo y los azotes atmosféricos se deshacen o rompen  cayendo ruidosamente por la garganta del río “La Sorda”.

Según cuenta la leyenda, para los habitantes de la zona, el ruido estaría producido por los diablillos que lanzaban enormes piedras produciendo extraños ruidos por las noche. Estos ruidos producían el terror entre los habitantes del pueblo y de los pueblos cercanos donde llegaban también a oírse los ruidos.

ILUSTRACIÓN DE GUSTAVO SAINZ DE LA COTERA

 

LA REINA MORA

Cuenta la leyenda que en una cueva junto al pueblo de Lebeña, en pleno Desfiladero de la Hermida, se encuentra sepultada desde hace siglos, una Reina Mora de gran belleza. La cueva en concreto, tiene grandes techos con estalagmitas de diversas formas, destacando una en particular cuyo perfil se asemeja al de una mujer, la Reina Mora.  Un encantamiento la convierte en piedra por la que resbalan constantemente sus lágrimas. Al llegar la noche recobra su aspecto humano y se dedica a recorrer las profundas y lúgubres salas subterráneas de la cueva entre suspiros y sollozos. Se cree que el sonido de las aguas subterráneas y el débil silbido del aire en la cueva son en realidad los lamentos de la reina y los moros que allí están sepultados implorando por su liberación.

Otros en cambio dicen que esta Reina guarda escondido en la cueva un gran tesoro de valor incalculable. Este tesoro fue abandonado en aquella cueva por los ejércitos de su pueblo cuando tuvieron que abandonar Liébana y huir hace siglos.

ILUSTRACIÓN DE GUSTAVO SAINZ DE LA COTERA
 
 

 

LA OSA DE LA SIERRA DE ÁNDARA

La llamada Osa de Andara es una leyenda que se encuentra en medio del mito y de la realidad pues al parecer fue una mujer que existió de verdad, una pastora que vivía en el pueblo de Bejes hace mucho tiempo. Parece ser que la apodaron “la Osa” por tener el cuerpo lleno de pelo y ese defecto la hizo vivir en estado semisalvaje alejada de la sociedad humana. 

Se la describe como una mujer con apariencia de osa de rostro maduro que bizquea cuando se enfada. Tiene las manos muy grandes, es brava y forzuda pero pocas veces es agresiva. El cuerpo entero está cubierto del mismo pelo que tienen los osos y viste con ropajes raídos y corizas de piel de cabritos de su propio rebaño. 

Se alimenta principalmente de leche, castañas, raíces, maíz y de vez en cuando cogía un rebeco recién nacido al que criaba para después comérselo. Esta mujer desaparece con las primeras nieves y reaparece cuando acaba el invierno y llega el buen tiempo.

 
ILUSTRACIÓN DE GUSTAVO SAINZ DE LA COTERA


 

EL OJÁNCANO DE ÁNDARA

Se dice que un gigantesco cíclope rodeado de berrugas y con un solo ojo que brillaba en la oscuridad habitó en los Picos de Europa. Lanzaba desde las alturas su atronador bramido, cuando, después de una sangrienta lucha abatía los osos del lugar. Cuentan que al atardecer se bañanba en el lago glaciar de Ándara, el cual hoy está seco.

ILUSTRACIÓN DE GUSTAVO COTERA